DANZA LIBRE Y MEDITACIÓN
Un espacio de movimiento y consciencia

con Paco Correderas en la dirección de la Danza Libre, y con el acompañamiento de Manuel Amián, que guiará el espacio de meditación.

La meditación es la tatarabuela de todas las disciplinas que despiertan la consciencia, y no sólo llegó hace mucho al mundo occidental y sigue aún entre nosotr@s, sino que tras miles de años desde su aparición sigue creciendo su práctica por todas partes. Personalmente lo siento muy esperanzador.

Os proponemos practicar  meditación como un entrenamiento del “músculo de la consciencia”;  como la orientación consciente de la atención para incrementar la percepción de lo que vivenciamos (más allá de lo que pensamos que nos pasa).  Y para ello tomamos dos experiencias fundamentales:

El movimiento creativo corporal o danza, es una expresión natural de nuestro ser, que más allá o acá de las coreografías o la técnica proporciona una movilización de nuestra energía que beneficia y sana mente y cuerpo por sí misma. A través de la atención dirigida y consciente nos permite localizar bloqueos físicos que tienen su reflejo en nuestro carácter y nuestra vida, sirviendo al mismo tiempo para ablandar estos puntos, y fluir en la expresión de emociones que no encuentran su vía de salida.

En el contacto, y en la relación con l@s demás fácilmente perdemos nuestro centro, no viviendo el contacto como natural sino de forma muy condicionada.  Las reglas culturales y educacionales sobre el contacto están ahí y cada persona las  vive y gestiona como puede. Por eso en este taller comenzamos siempre con nuestro propio movimiento personal, danzando nuestro ritmo presente, en la intimidad de nuestro mundo interior sin contacto, investigando en los ritmos y calidades de movimiento como territorios o lugares que facilitan la circulación de nuestra energía vital (ritmos fluido, staccato, caótico, lírico… y la quietud que nos lleva a la meditación tradicional).

Cada persona es una danza única, de una belleza y forma irrepetibles

En cada sesión semanal se abrirá una vía para observarnos, con pocas palabras y mucha consciencia, para ir conociéndonos en estas citas íntimas, libres, creativas, pacíficas, y en buena y respetuosa compañía. Es una experiencia que cada participante regulará por sí mismo, no es un espacio de terapia, es un espacio de crecimiento personal en grupo, con el apoyo, si lo necesitas, del “guía” que te esté acompañando.

Por tanto no se trata de un taller que tenga comienzo y fin, el más bien una práctica y un entrenamiento de fluir en el movimiento generado desde nuestro interior, en la exploración y el juego, y estar en un estado cada vez más continuo de conciencia que poco a poco vaya extendiéndose a nuestra vida diaria.